Antonio Tejeda Encinas. Presidente Comité Euro Americano de Derecho Digital – CEA Digital Law

Las implicaciones legales de la Inteligencia Artificial Generativa (IA) están en el epicentro de los debates contemporáneos en el ámbito jurídico.

Como jurista, me encuentro inmerso en reflexiones sobre la necesidad imperante de una regulación específica para abordar los desafíos que plantea esta tecnología emergente al derecho de daños.

Durante el reciente Congreso Internacional de Responsabilidad y Seguro, celebrado con notable participación internacional, se ha planteado una cuestión fundamental: ¿quién asumirá la responsabilidad por los daños causados por la IA en ausencia de una regulación clara al respecto?

Desde mi perspectiva, resulta crucial considerar casos hipotéticos como el uso de sistemas de IA en la redacción de documentos legales o incluso en diagnósticos médicos. ¿Cómo determinaremos la responsabilidad en situaciones donde la negligencia o defectos en la utilización de estas herramientas puedan ocasionar perjuicios a terceros?

El marco jurídico actual, aunque contempla algunas disposiciones sobre la responsabilidad civil en el contexto de la IA de alto riesgo, aún carece de la profundidad necesaria para abordar los desafíos que plantea la IA Generativa.

Como comunidad jurídica, debemos adelantarnos a estas dinámicas y trabajar en la creación de normativas que garanticen un equilibrio entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos individuales.

Es evidente que la jurisprudencia en esta materia está en constante evolución, como lo demuestran los pronunciamientos recientes de tribunales superiores respecto a la responsabilidad por productos defectuosos. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer en la adaptación del marco legal a los avances tecnológicos.

El debate sobre si las herramientas de IA deben tener personalidad jurídica y ser susceptibles de ser demandadas por los daños que causan plantea dilemas éticos y legales complejos. ¿Cómo estableceremos mecanismos efectivos de control y supervisión sobre estas tecnologías sin obstaculizar su desarrollo?

En mi opinión, la creación de un seguro de responsabilidad específico para situaciones que involucren IA se vislumbra como una medida necesaria y oportuna. Sin embargo, la definición precisa de las condiciones y alcances de dicho seguro requerirá un esfuerzo colaborativo entre legisladores, expertos en tecnología y profesionales del derecho.

En resumen, la llegada de la IA Generativa plantea desafíos sin precedentes para el derecho de daños. Como jurista, considero que es nuestra responsabilidad anticiparnos a estos cambios y trabajar en la creación de un marco legal sólido que proteja los intereses de todas las partes involucradas en un entorno cada vez más digitalizado y automatizado.