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El nuevo Observatorio de la Digitalización Financiera de Funcas y KPMG analiza cómo las grandes empresas digitales estadounidenses y asiáticas ya han entrado de pleno en los servicios financieros. El informe considera que el futuro de los bancos pasa por firmar alianzas con los socios adecuados para poder seguir compitiendo en los servicios financieros.

El fenómeno llamado ‘Big Tech Banking’ ha pasado de ser una supuesta amenaza a una realidad en la que Google, Amazon, Facebook y Apple, junto con los asiáticos Alibaba, Baidu y Tencent están desplegando una variada oferta de nuevos servicios financieros por todo el mundo. El informe de Funcas y KPMG muestra que todas estas empresas ya compiten directamente con los bancos de toda la vida.

Los créditos al consumo, los pagos (incluyendo el cambio de divisas) y los seguros son las áreas de negocio donde tienen mayor actividad. No es casualidad que sean las áreas con un mayor volumen de mercado y mejores márgenes de beneficio. Sin embargo, de momento, el negocio relacionado con los depósitos sigue siendo un terreno que no les resulta atractivo, tanto por la regulación que se le aplica, como por la actual situación de los tipos de interés.

Hasta ahora los bancos veían cómo la estricta regulación a la que está sometido el sector financiero les protegía de la competencia de estas grandes compañías digitales. Pero, las ‘big techs’ han encontrado dos fórmulas para desarrollar sus propios servicios financieros sin ser regulados como un banco.

Por un lado, los jugadores digitales han logrado obtener licencias para operar como entidades de pago en Europa, Estados Unidos, México o India. Estas licencias permiten desarrollar servicios de envío de dinero, abrir cuentas para ingresar y recibir dinero en efectivo, gestionar transferencias, abrir líneas de crédito de menos de 12 meses, realizar ejecuciones de órdenes de pago telemáticas y desplegar servicios de medios de pago entre países.

La otra gran línea de acción de las ‘big tech’ pasa por buscar alianzas con entidades financieras que les permiten entrar en negocios más regulados y supervisados de la mano de un socio, preparado y con una gran experiencia respecto al cumplimiento normativo en las distintas geografías. Mientras, las ‘big tech’ se centran en desarrollar la mejor de experiencia de usuario posible.

Este es el modelo que está detrás de la ya famosa tarjeta de Apple, emitida en realidad por Goldman Sachs, pero concebida y diseñada por la compañía de la manzana. De hecho, los problemas con su algoritmo, que ofrecía un crédito más limitado a las mujeres, han abierto un nuevo debate sobre los previsiblemente múltiples dilemas que van a llevar implícitos estas nuevas alianzas entre ‘big techs’ y bancos, pero esto ya es otra historia.

La alianza de Apple no es una excepción. Amazon tiene como socio a Bank of America para prestar el servicio de préstamos que tiene en EEUU, Reino Unido y Japón. Esta alianza le permite la emisión de préstamos por cantidades de entre 1.000 y 750.000 dólares. En los siete años de funcionamiento, Amazon ha emitido préstamos por valor de 3.000 millones de dólares a 20.000 pymes, dice KPMG en este informe.

Como estas, la mayoría de las firmas digitales trabaja con algún socio financiero. KPMG afirma que el 26% de las instituciones financieras ya se está asociando con uno o más gigantes tecnológicos, y un 27% adicional asegura que está a punto de cerrar una alianza en el futuro.

Y efectivamente, los anuncios de nuevas alianzas se suceden uno detrás de otro:  Google anunciaba recientemente el acuerdo con Citigroup para empezar el próximo año a permitir gestionar cuentas bancarias desde Google Pay; y Facebook ha acaparado cientos de titulares con su proyecto Libra para hacer una moneda virtual, en el que al principio involucró a Visa, Mastercard y Paypal.

Funcas y KPMG aseguran en este informe que esto es solo la punta del iceberg del cambio que se avecina. “Solo las entidades que resulten útiles a sus clientes son las que van a ser capaces de competir en el futuro”, aseguraba Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de KPMG, durante la presentación de este informe, donde insistió en que elegir el socio adecuado va a marcar el éxito y hasta la supervivencia de las entidades financieras.

La buena noticia para el sector financiero es que la gran mayoría de los bancos lleva años  preparándose para este cambio y dedicando grandes esfuerzos a sus procesos de transformación digital. BBVA es un caso claro, en el que su transformación ha conllevado la firma de alianzas tanto con ‘fintechs’, como con proveedores tecnológicos pero también con grandes plataformas.  El mejor ejemplo es el caso de Uber en México, donde BBVA directamente desde la ‘app’ de Uber, ofrece una cuenta corriente y servicios de financiación a todos los conductores de la plataforma. Una colaboración muy en la línea del modelo que está marcando el ‘Big Tech Banking’.

Ventajas

Aún así, el reto que afronta el sector financiero es enorme pues las ‘big tech’ tienen importantes ventajas a su favor. Son compañías globales con un gran dominio tecnológico y unas infraestructuras mucho más eficientes para competir en el mercado digital. Tienen además grandes economías de escala, pero lo principal es que son capaces de crear servicios muy convenientes y fáciles de usar. En definitiva, desarrollan experiencias de usuario únicas y diferenciales que atrapan a sus clientes y que marcan el nivel de exigencia para todo el que quiera competir en servicios digitales.

De ahí que cada vez haya más usuarios de banca potencialmente dispuestos a considerar alternativas de productos en entidades no financieras. Según Funcas, 4 de cada 10 clientes contrataría servicios financieros en Google, Amazon o Apple. El 47% estaría dispuesto a abrir una cuenta con una de estas compañías, siendo la opción más deseada Google (un 15%), seguida de Amazon y Apple (13% y 11% respectivamente). Facebook es la menos escogida. Sin duda, la crisis de Cambridge Analytica tiene mucho que ver con esta falta de confianza.

Precisamente este punto, el de la protección de los datos y la confianza, pone en evidencia donde puede estar la gran baza de la banca en esta cambio de paradigma. Las grandes fortalezas del sector financiero, según destaca este informe, están en la seguridad, la privacidad y el cumplimiento legislativo, “cada vez más importantes y difíciles de replicar por parte de las ‘big tech’”.

La clave, insiste este estudio, va a estar precisamente en buscar los socios adecuados y crear una relación que beneficie a ambas partes.  “Si bien estos cambios necesitarán su tiempo, desarrollar acuerdos sólidos de colaboración con los gigantes tecnológicos es un paso positivo en la dirección adecuada que abrirá oportunidades para un mayor crecimiento y cambio en el futuro”, concluye el informe de ‘La banca ante las ‘big tech’’.

 

 

 

 

 

publicado inicalmente: Luz Fernández -BBVA